lunes, 16 de julio de 2007

Contradicciones


Que la vida está llena de contradicciones es algo sabido, pero no tanto hasta que punto es así. A poco que se analice cualquier hecho se ve como la lógica inmediata se corresponde con la irracionalidad de fondo, y que Platón tiene más predicamento en la teoría que en la realidad. La primera contradicción que se me viene a la cabeza es el hecho de que cuanto más me he esforzado en pos de un fin, más me haya alejado de él. Si me hubiera estado quietecito, habría obtenido sin duda mejores resultados. Aprender esto me está costando carísimo, sobre todo en lo moral. Puede que tenga que ver con el refrán de que lo bueno es enemigo de lo mejor, es decir de que cuando intentas hacer algo especialmente bien, metes la pata, y si solo haces lo suficiente, consigues tus objetivos. Por eso las personas dinámicas nos dejamos arrastrar por la acción y empujamos en el sentido que nos parece lógico, que luego resulta que es el más inadecuado. Con el tiempo te das cuenta de tu error, pero en este momento estás convencido de que tu modo de actuar es necesario y urgente.
He observado otra situación contradictora y grave. Las buenas intenciones de amigos y allegados pueden hacer mucho daño a la persona a la que pretenden ayudar. Se hayan tan cerca, tan solidarios que no tienen perspectiva, no ven lo que hay detrás, no ven la otra cara. No analizan algunas cosas que chocan, y terminan empujando en el camino contrario. Luego se darán cuenta pero quizás sea tarde y el daño resulte irreversible El mayor favor que podemos hacer a un amigo es ser crítico con su forma de ver las cosas, porque si se está equivocando, nosotros tenemos que sacarle de su error. El camino fácil es dar siempre la razón, pero con ello podemos estar alimentando una actitud nociva. Hemos de distanciarnos, pensar con inteligencia y hacer ver lo que desde dentro él no ve.
He aprendido que lo más inteligente, lo menos dañino, es mantener siempre un margen de duda en todo y esforzarse en pensar que a lo mejor no tenemos toda la razón, que la medida o la actitud que estamos tomando, aunque ahora nos parezca evidente, puede ir en contra de nosotros mismos o contra nuestros amigos. En los últimos tiempos me ha ocurrido más veces de las deseadas. Y en mi entorno, ahora está pasando con seguridad: se ve perfectamente desde fuera y los de dentro no se dan cuenta. No se cómo advertirles, cómo avisarles de que con sus buenas intenciones están haciendo mucho daño a quien pretenden ayudar. Tampoco lo consiguieron conmigo, lo intentaron pero no fui lo bastante inteligente. Parece que ya es tarde, aunque puede que no todo el mundo sea tan estúpido como yo.

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