martes, 26 de junio de 2007

Conservando el ánimo


La cuestión de tipo práctico más importante en las situación que se está analizando, la separación -la palabra divorcio se evita lo mismo que se sustituye cáncer por neoplasia- , es conservar el ánimo en el mejor estado posible. Digo que es de tipo práctico porque sin esa condición el resto de cuestiones a resolver se convierten en objetivos inalcanzables y su vida se derrumba cual castillo de naipes. Se va a necesitar de una cabeza fría y de una actitud medianamente positiva para afrontarlos. Ha perdido mujer y amante –usted creía que tenía una-, relación diaria con los hijos, casa, vida hogareña, solución de tareas domésticas, amigos -las parejas amigas se distancian-, por lo tanto vida social, la economía se ha resentido, puede que la salud, la tranquilidad y el sueño… y por supuesto su proyecto de futuro. A esto hay que añadir el tormento de una probable actitud agresiva de su ex y las dificultades de llegar a los acuerdos de separación que tuvieran que darse. Desde un punto de vista objetivo, la situación puede verse dramática y si nos dejamos arrastrar por este estado de cosas, podemos entrar en una fenomenal hecatombe personal.
Usted por naturaleza tiene espíritu de supervivencia, el mismo que le permitió alcanzar sus logros personales, laborales y sociales anteriormente. Hay que activarlo ahora para salir del atolladero. Tenga confianza en si mismo porque aunque otros le hayan fallado, usted no se va a defraudar. Su potencial de remontada está intacto, no lo dude.
Potencie dos facetas importantes. Primero su capacidad analítica. Estudie los problemas como si fueran de otro, como si ejerciera de asesor al que un cliente le pide que le diseñe una estrategia para reflotar su empresa. Usted es un profesional que piensa fríamente para su mejor cliente, uno mismo. Adopte las soluciones más eficaces, teniendo en cuenta que nadie maneja más información sobre el tema que la suya. El segundo factor es relativizar su panorama. Por más que la ley de Murphy diga que cuando algo puede ir peor, ocurrirá, su situación, además de muy común, es menos mala que la de quien tiene una enfermedad incurable por ejemplo, y aún este puede sacarle partido a la vida. O sea que no se lamente tanto.
A partir de las premisas anteriores, genere optimismo, el principal motor que le sacará de esto. Si no lo consigue de momento, mentalícese de que dentro de algún tiempo estará mucho mejor, más animado, y negocie un préstamo de moral por anticipado.
Hay cuestiones con las que no se puede luchar frontalmente. Los sentimientos hacia su ex –serán de amor aún, probablemente enturbiado por el recelo- no se pueden modificar de la noche a la mañana y sufrirá sensaciones contradictorias al respecto. No se preocupe por atajarlos, no es posible ni imprescindible. El tiempo hará su trabajo. Trate de que no le bloqueen sus decisiones, ni que le cierren la puerta a otras afectividades: el mundo está lleno de personas dispuestas a amar y deseosas de ser amadas.
Lleve una vida sana, desde todos los puntos de vista: dieta, ejercicio, regularidad en sus hábitos, pero si transgrede sus normas esporádicamente, no se sienta culpable, el carnaval antes de la cuaresma no es malo.
Busque y mantenga una vida social y de amistad. Es un objetivo prioritario, pero si al principio no lo consigue del todo, dese tiempo. Construir una nueva red social no es cosa de un día. Por otro lado, use y abuse de los amigos sin piedad, a ser posible de manera alternante. A veces puede surgir un amigo espontáneo, una persona a la que no se conocía y con la que se sintoniza sobre la marcha. Si intuimos que es de fiar, no tengamos reparo en sincerarnos, entenderá que en momentos sensibles se necesite hablar, y de rebote la experiencia también le servirá a él.
Evite, aunque sea forzado, el resentimiento y el rencor, o al menos trate de que le ataque lo menos posible. Solo le servirá para hacerle más daño. A alguien a quien se ha querido tanto no se le puede odiar de repente. El resto de las personas implicadas creen que obran bien haciendo lo que hacen. Busque una justificación que no le culpabilice a usted, solo faltaría, a cada acción que perciba como dañina.
Por último vaya viéndose con un futuro esperanzador, vaya trazando nuevos proyectos, aunque lo haga sin mucha gana de momento. Cómo casi todo en la vida, una ruptura tiene aspectos positivos. No hay mal que por bien no venga. Encuentre prontito el bien, y a vivir que son dos días.

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